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Humberto Cruz
Durante los primeros meses al año, algunas criaturas marinas abandonan la inmensidad del océano para asegurar la reproducción de su especie y muchas veces el milagro de la vida ocurre frente a los litorales de #Oaxaca.
De las 14 especies de ballenas conocidas en el mundo, 8 navegan en aguas territoriales de México y 3 de ellas llegan a las cálidas aguas del pacífico sur frente a nuestra entidad.
10 meses después del apareamiento, alguna especies regresan al sur para dar a luz y cuidar a sus crías, lejos de los depredadores de aguas frías como las orcas y algunas variedades de grandes tiburones.
Éste ciclo natural comienza a generar una actividad distinta para los pescadores de Oaxaca, y ahora, hay cooperativas en #Huatulco, #PuertoAngel, #Mazunte y #PuertoEscondido que ofrecen recorridos de avistsmiento de especies marinas.
Con la madrugada comienzan la actividad en la playa Panteón de Puerto Angel, casi en silencio se mueven algunas sombras que preparan los botes.
Después de los preparativos, algunas embarcaciones zarpan con los primeros rayos del luz. La salida es un poco lenta y coincide con la hora de llegada de embarcaciones pesqueras; y así se puede internar en el océano escoltados por el sol y la luna, bajo el mismo horizonte.
Frente a las costas de Oaxaca, en el mar, la naturaleza también es generosa y en el recorrido no sólo se puede disfrutar del avistamiento de ballenas, algunas embarcaciones son escoltadas por delfines y mantarrayas y alguna que otra tortuga.
Juan José Denova Reyes, socio fundador de la empresa excursiones #AzulProfundo, señala que su trabajo es profesional y también contribuye a la protección y preservación de las especies al compartir información de sus avistamientos con los investigadores.
No siempre todos tienen la misma suerte, hay días en que las ballenas no se dejan ver, y otras veces se lucen en manada.
De regreso a tierra firme, el capitán de la lancha presume sin recato algunas de las playas cercanas a Puerto Ángel; #Tijera, #Estacahuite y la #Boquilla.
Después de la emoción por los avistamiento, muchas veces el recorrido se hace casi en silencio, dicen los lancheros … como si algunos quisieran escuchar, de lejos, el canto de las ballenas.