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Maira Ricárdez
*Cajas de mango podrido abonan año con año las tierras a falta de compra, quienes llegan son los Poblanos, a abaratar el producto, este año la caja de 30 kilos fue pagada hasta en 40 pesos
El mango Manila es una variedad de mango producida en México, principalmente en el estado de Veracruz, pero también en Oaxaca. Fue importado desde Filipinas en el siglo XVI gracias al comercio de los galeones de Manila, estas naves españolas que cruzaban el océano Pacífico una o dos veces por año entre Manila (Filipinas) y los puertos de Nueva España en América, principalmente el de Acapulco; su época dorada en cuanto a producción en Oaxaca, específicamente en la región de la Cañada, en Cuicatlán, se dio en los 90s relató el promotor cultural Oaxaqueño, Eduardo Guendulain; sin embargo con la caída del ferrocarril la gran productividad de sus tierras prácticamente se vio sepultada.
Alfonso Carbajal, comercializador de mango de Cuicatlán confirmó que su cosecha sirve prácticamente solo para autoconsumo y algunas cajas que logren vender a familias de visitantes que cruzan por Cuicatlán, los árboles están cargados pero solo cortan a petición de cliente señala, pues las cajas se pierden, se pudren, semana tras semana., sin dejar de lado el acaparamiento de los Poblanos, que llegan cada año a Cuicatlán a abaratar el producto, hasta 40 pesos una caja de 30 kilos, esto es, poco más de 1 peso cada kilo de mango de alta calidad.
Este 2021 la producción redujo bastante dijo, hubo poco mango y esto tienen mucho que ver con la disminución del afluente del Río Chiquito que atraviesa la comunidad, desde hace 7 años la producción ha mermado como consecuencia de la sequia.
El año pasado en el 2020 hubo más producción que este señaló el comercializador, uno de los productores detalló que contó caídas 1mil 400 cajas de mango, si de por si la venta es cada vez más difícil, con la pandemia el mercado se cerró y nadie llegaba para comprar el fruto. Años atrás recordó, llegaba Jumex, Del valle, pero eso ya se acabó, no hubo apoyo oficial y llegaron un tiempo, después se dieron cuenta que podían montar sus propios huertos, ellos si a nivel privado, con tecnología, recursos químicos y financieros, mientras el mango criollo de Cuicatlán se sigue pudriendo.
De Tomellin Cuicatlán, Sedas Etla era la siguiente parada a través del tren, y de ahí la gran venta esperada en el destino Oaxaca México, así corría la suerte de los comercializadores del azucarado fruto tropical, el mango, hasta que el 10 de enero del año 2000 el caballo de acero dejo de circular, paro así el circulante también de los productores en pequeño de la región de la Cañada, lejos del ferrocarril y lejos de toca consideración del Gobierno pues el paso de la autopista los segrego de nuevo al no considerar su destino; fue así como cientos e incluso toneladas de kilo se pierden cada año en los largos zurcos de mangales en toda la región, en la voz el promotor cultural Oaxaqueño, Eduardo Guendulain
En este contexto la invitación de los Cuicatecos a las familias Oaxaqueñas, y a visitantes en general, es a conocer Cuicatlán en la región Cañada, que conozcan la zafra del mango, los lugareños están ávidos de explicarles cual es el ciclo de la producción; los mangos tempraneros comenzaron desde marzo, pero este mes de mayo es el mejor en cuanto a cosecha dijo don Alfonso Carbajal, el de Cuicatlán es 100% mango orgánico de alta calidad, regado en buena medida con agua dulce propia de la región, agua que no podría ser mejor para la producción de comestibles destacó.
Mango manila, mango piña, mango pera, mango plátano, chapeado, manililla, obo, son todas las variedades existentes en Cuicatlán, del 100% de la producción cada año, si acaso se comercializa un 5% consideró el Promotor cultural Eduardo Guendulain; es toda una cadena de productividad que requiere de inversión para lo cual los dueños de las tierras no tienen., pues el Gobierno olvidó al pueblo, a todos los gobiernos se les ha requerido apoyo para generar cadenas comerciales, sin embargo nadie ve más a Cuicatlán, siendo la productividad de su tierra con su oro verde y amarillo, una tradición cultural y natural en Oaxaca que tiende a desaparecer.