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Jaime GUERRERO
A seis meses del inicio de la pandemia por el virus SARS Cov-2 Covid-19 en el país, un 14 por ciento del sector restaurantero quebró, en tanto que el 50 por ciento de los empleos que generaba desaparecieron.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), Fernando Martín Sedano manifestó que la situación se vislumbra cada vez más dificil.
“Seguimos sacando para la nómina, para gastos fijos muy poco, se han reducido muchos turnos y alguno que otro cerró. Ha reducido un diez por ciento la industria restaurantera”, destacó.
Fue a finales de marzo cuando, por disposición oficial, todos los restaurantes tuvieron que cerrar sus puertas para tratar de contener los contagios de la COVID-19.
Durante el primer mes la industria mantuvo casi el total de su plantilla laboral y después fue recortando paulatinamente semana con semana.
Actualmente, señaló el empresario restaurantero, sólo se conserva el 50 por ciento, unos 2 mil 850.
Fue a finales de julio cuando el sector productivo reactivó sus actividades en un 40 por ciento al pasar de semáforo rojo al naranja.
Para ese momento ya habían cerrado sus puertas al menos cinco establecimientos.
La falta de ingresos llevó a otros más a la quiebra y de 217 restaurantes afiliados a la Canirac, sólo quedan 183.
De todos los momentos difíciles económicamente hablando por los que ha atravesado el sector restaurantero, como fue en su momento el conflicto del 2006 y otros ocasionados por movilizaciones sociales, éste es el peor.
“Aquí ya vamos a cumplir diez meses y no se ve para cuando. En aquellas ocasiones las afectaciones no eran en todo el estado, era sólo un sector. Ahora, el sector restaurantero es el segundo mayor empleador en México, de nosotros dependen muchas familias, es por eso que hemos estado haciendo la invitación a la gente para que sigan yendo a los restaurantes”, manifestó.
En este sentido manifestó que Oaxaca es uno de los pocos estados que cuenta con un protocolo llamado “Mesa Segura”, mediante el cual se aplican medidas sanitarias, desde la llegada del comensal hasta su retiro de las mesas, que implica la toma de temperatura, sanitización, aplicación de gel, uso de cubrebocas, limpieza constante de las áreas.
Actualmente, el sector continúa con permiso para tener hasta el 40 por ciento de capacidad aún cuando se encuentra en semáforo amarillo.
“Seguimos esperando instrucciones y que la gente se siga cuidando, porque al final de eso depende todo”.