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Jaime GUERRERO
Este domingo 25 de octubre finaliza el tiempo de gracia que el Congreso de Oaxaca dio a las empresas para eliminar de su inventario los productos que se presenten en botellas desechables de plástico, así como los envases y embalajes desechables de unicel.
Las sanciones por el incumplimiento de las nuevas disposiciones están previstas en el artículo 108 de la Ley para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos Sólidos, que incluyen la posibilidad de multas (de diez a cincuenta mil días de salario mínimo), la suspensión o revocación de concesiones o autorizaciones, decomisos, clausuras temporal o definitiva, e incluso el arresto.
Estudios de la UNAM revelan que en México se producen 300 millones de toneladas de plásticos al año, de las cuales sólo se recicla 3%. El tereftalato de polietileno o PET es un gran problema por todos los desechos que se generan, y México se encuentra entre los países que más desechos de PET produce, debido al alto consumo de refrescos y de agua embotellada. Se estima que al año se producen alrededor de 200 botellas de PET por cada mexicano.
Una investigación sobre responsabilidad social de las empresas refresqueras advierte que México es el principal consumidor de bebidas embotelladas a nivel mundial; se estima que se consumen alrededor de 800 mil toneladas de PET al año, con un crecimiento anual de 13%, donde considerando un porcentaje de 100%, el principal uso de los envases de PET lo llevan las botellas de refresco, con 52.8%, seguido de agua embotellada con 17%.
La prohibición en Oaxaca, obedece a la adición de las fracciones XI y XII y la reforma aprobada al artículo 98 a la Ley para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos Sólidos, aprobada en abril de 2019 por el Congreso local. En esta nueva disposición, se señala la prohibición de “vender, distribuir o emplear envases de un solo uso elaborados con tereftalato de polietileno (PET) destinados al agua u otras bebidas, salvo que sean destinados para fines médicos, educativos o para la atención humanitaria”, y “vender, distribuir o usar envases, embalajes u otros productos de un solo uso elaborados con poliestireno expandido (unicel)”.
El diputado promovente e impulsor de esta medida, Horacio Sosa Villavicencio, destacó que la iniciativa implicará que la industria refresquera mexicana replantee las formas de distribuir sus productos, al menos en Oaxaca, pues se verá obligada a envasarlos en contenedores menos dañinos al medio ambiente, como puede ser el regreso al uso de botellas retornables de vidrio, por ejemplo.
En su momento, la iniciativa de Morena fue dictaminada en conjunto con una del Partico Verde Ecologista de México que prohíbe a comercios entregar popotes y bolsas de plástico, salvo que las últimas tengan mínimo 30% de material reciclado.
La iniciativa de Sosa incluía la prohibición absoluta de las bolsas de plástico, pero en el dictamen elaborado por la Comisión Permanente de Medio Ambiente, que encabeza el PVEM, prevaleció la propuesta de ese partido.
La reforma también prohíbe a las dependencias y entidades de los tres Poderes del Estado, a los gobiernos municipales y a los órganos autónomos, el adquirir, usar o distribuir productos en envases o embalajes de un solo uso elaborados con tereftalato de polietileno, poliestireno expandido o polietileno, salvo que sean destinados a fines médicos o para la atención humanitaria.
De acuerdo con los artículos primero y octavo transitorios, la prohibición a las instancias gubernamentales entró en vigor al día siguiente de la publicación del decreto en el Periódico Oficial del Estado, es decir, desde el 2019.