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Maira Ricárdez

Hasta el 05 de febrero de este año, han fallecido en ciudades de los Estados Unidos un total de 313 Oaxaqueños por covid, sin embargo, a esta fecha no se tiene un registro especifico de las comunidades a las que pertenecieron., de hecho muchos se convierten solo en estadística pues al estar ya fuertemente enraizada su familia a los Estados Unidos sus restos ya no vuelven a su pueblo natal, son sepultados o resguardados en espacios de la familia en la Unión Americana.

La Directora del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante (IOAM) señaló que el Estado brinda el apoyo cuando la familia lo solicita para la repatriación de los restos, en el 2020 se trasladaron 84 urnas con restos de Oaxaqueños muertos por covid, y en lo que va del 2021 han sido 11, un total de 95 en lo que va de la pandemia, si se contrapone la cifra con los 313 registrados de manera oficial, además de algunos traslados en trámite en este momento, la gran mayoría se quedó ya, en la Unión Americana.

Si antes de la pandemia dijo la Directora, el trámite de traslado era largo para la familia que busca tener los restos a la brevedad para darles sepultura, el proceso es más complicado en esta pandemia, pues las funerarias están saturadas y el espacio disponible para traslado de cadáveres en aviones es limitado.

Para que los restos de una persona que murió por covid sean trasladados, se debió haber cumplido con todas las disposiciones sanitarias, su llegada a Oaxaca es en un féretro cerrado, sellada herméticamente la bolsa dentro del ataúd, o si son cenizas, en una urna perfectamente cerrada, por lo tanto los pueblos a donde llegan cadáveres de sus paisanos muertos por covid, deben saber que el cadáver está perfectamente tratado, de lo contrario no podría haber sido autorizado el envío por los Estados Unidos.

El #IOAM ha grabado mensajes en diversas lenguas originarias y difundido en los pueblos migrantes, informando que para quienes vienen de Estados Unidos es obligatorio guardarse 15 días; “no podrás ir de visita con la familia, a las plazas, a comidas, de paseo, ellos y sus familias que viven en estos pueblos lo saben, aún vengan a un funeral o trayendo los restos de alguien, es indispensable que asuman esta indicación, de lo contrario colocan en riesgo directo a su familia.”