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Jaime GUERRERO
Menos de veinticuatro horas duro el amague. El mismo tiempo que duró la “supuesta cohesión” de la bancada de morena que culmina como arrancó desde el pasado 13 de noviembre del 2018: dividida.
Las pretendida reforma a la Ley Orgánica y Reglamento del Congreso del Estado para que, el grupo parlamentario mayoritario en próxima legislatura (Morena), presidiera la Mesa Directiva y Junta de Coordinación Política, al mismo tiempo y por tres años, así como el aprobar las cuentas públicas del Gobernador, Alejandro Murat Hinojosa, en sentido negativo, se truncaron.
Quedaron solo en amague.
En medio de la amenaza, vinieron los cabildeos, las advertencias y las forzadas complacencias.
La sesión que “suspendió” el pasado miércoles a 2 de la tarde, el Presidente de la Mesa Directiva, Arsenio Mejía García -entre reclamos de envalentonados morenistas- y luego reanudó por la noche, la vicepresidenta, Arcelia López Hernández, solo para aprobar dos puntos del orden del día y inmediato volver a recesar, se reanudó la tarde de este jueves.
Con los acuerdos y resignados los morenistas, el orden del día oficial no sufrió cambios, no había indicios del dictamen de reformas al reglamento y ley orgánica del Congreso, mucho menos de las cuentas públicas de Murat Hinojosa.
El coordinador de la bancada del PRI, Alejandro Avilés Álvarez, aún cuando se estresó, llevó al limité la negociación y también echó mano de sus aliadas eternas del PAN, PVEM e “Independientes”.
Se sumaron más de 5 diputados y diputadas de Morena y hasta el PT de Noé Doroteo Castillejos a quien también le impactaba la pretendida reforma de Morena para presidir al mismo tiempo, la Presidencia de la Mesa Directiva y Jucopo, en la próxima legislatura.
Los petistas quedarían fuera de toda posibilidad de presidir Mesa Directiva.
El coordinador de las y los diputados de Morena, Fredie Delfín Avendaño, primero dejó correr los ímpetus de sus correligionarios, agraviados por la negativa de Avilés Álvarez y luego frente a la presiones, no tuvo más remedio de atemperar los encendidos ánimos.
El emblemático diputado de Morena, Ericel Gómez Nucamendi, arropó a Avilés Álvarez.
Ya fragmentada la bancada de Morena -desde la noche del pasado miércoles-, recularon más de un diputado, entre ellos, Mauro Cruz Sánchez, Griselda Sosa Vázquez y Pavel Meléndez Cruz.
“Ni madres aquí no pasaba nada. Se los dije. Si iban en esa ruta así como se abre la llave, se cierra”, fue el amago Avilés Álvarez, que doblegó a los congresistas salientes de Morena que no tuvieron más remedio que dar marcha atrás, confesaron diputados consultados.
Por la polémica, Murat Hinojosa, estaba pendiente. El caso pudo haber llegado hasta Palacio Nacional en la Ciudad de México, de persistir la pretensión de 23 diputados y diputadas de Morena, que al final se redujo a menos del 10.
Al mismo tiempo, Delfín Avendaño, enfrentó cuestionamientos de las ex presidentas de la Junta de Coordinación Política, Laura Estrada Mauro y Delfina Guzmán, del destino de los recursos del Congreso. Todo les fue explicado, ante las intrigas sembradas al seno de la bancada de Morena.
Con la promesa de seguir aclarando los “números” y con un acuerdo a medias para el pago de asesores, gastos de gestión y otras subvenciones, después de 24 horas de recesada la sesión, todo se proceso sin mayores aspavientos.
En ese lapso, estuvo a prueba nuevamente la capacidad de interlocución y negociación de Avilés Álvarez, con Morena, que aún cuando culminará la LXIV Legislatura, siendo oposición, para la LXV Legislatura, todo apunta que los papeles se inviertan con la inminente llegada de un gobierno de corte morenista.
Lo mismo, sopesaría la definición de la coordinación de bancada del PRI para la próxima legislatura que, de no suceder algo extraordinario volverá a recaer en Avilés Álvarez.
“AAA”, como es conocido en la clase política, en el actual sexenio -en todo momento-, ha sido fortalecido por sus jefes políticos: la dinastía, Murat Hinojosa, para pactar, convencer, interactuar, dialogar y con ello, imponerse, salir adelante, frente a amagos de la oposición al gobierno Muratista.