#RedacciónOaxaca
#Oaxaca
Jaime GUERRERO
Con arreglos en banda tradicional, letra en mixe y nombres que dan rostro a las víctimas de feminicidio en Oaxaca, la Banda Femenil Regional Mujeres del Viento Florido y la cantautora Vivir Quintana, a través de Canción Sin Miedo, exigieron un alto a la violencia feminicida en el estado.
La violencia contra niñas y mujeres en Oaxaca se ha ido recrudeciendo. Tan sólo en enero de este año, de acuerdo con cifras oficiales, después del Estado de México, Ciudad de México, Veracruz y Oaxaca encabezan las entidades con mayor cantidad de carpetas de investigación iniciadas en 2022 por feminicidios.
Sólo estas cuatro entidades concentran el 42.6 por ciento de las 75 muertes violentas que las autoridades consideran como feminicidio.
Las cifras de Incidencia Delictiva del Fuero Común publicadas el pasado 20 de febrero con corte al 31 de enero de 2022 del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), revelan que el delito prevalece en el país en la misma magnitud si se comparan con las cifras de enero del año pasado cuando se documentaron 76 carpetas.
Sin embargo, para el estado de Oaxaca hubo un incremento considerable, pues mientras que en 2021 el registro fue de dos casos, en este 2022 fueron seis, siendo la segunda cifra más alta de los últimos 13 meses en la entidad.
“En la lengua ayuuk la letra es mucho más profunda porque no es una traducción literal como la forma de vida que diariamente se lleva en las comunidades. Esta letra ha sido bien recibida y nos dicen: esta canción me llega, la entiendo. Eso era lo que queríamos nosotras en un inicio cuando dijimos que no todas las personas tienen como lengua materna el español, entonces muchas de las señoras de edad avanzada no entendían la letra en español y su significado, ahora escucharlo en lengua tiene un sentido totalmente diferente”, expresó la maestra Leticia Gallardo, directora de la banda tradicional.
La melodía convertida en un himno de la lucha feminista en el país fue lanzada el pasado 1 de marzo al igual que el video grabado a finales de diciembre en Santa María Tlahuitoltepec, Mixe, Oaxaca.
Tal como en su versión original la letra habla de la lucha de las mujeres en México por exigir justicia, encontrar a sus desaparecidas y la manera en que resisten a la violencia, pero acorde a la cosmovisión y sentir de las mujeres ayuuk, aterriza al contexto indígena.
En la primera parte -explicó- habla de las madres, las hermanas, las personas que buscan a sus familiares, quienes han sido lastimados, quienes han sufrido el dolor, quienes les han arrebatado lo más valioso que tienen que es la vida, después mencionan a las víctimas de feminicidio en Oaxaca como Fany, Camelia, Carina, Yolanda, Fidelia. Algunos son nombres recientes que se encuentran en una estadística más, apuntó.
“Sé que en una canción no podemos hacer mucho, pero por lo menos decimos que nos gustaría que todas las mujeres encontraran la paz y estabilidad emocional, también que todos encontraran la paz y la armonía que se merece cada uno”, expuso.
La maestra Leticia Gallardo, destacó que más allá del trabajo musical que se realizó, esta acción suma, a través de la música a la exigencia de una vida en mejores condiciones y justicia para las que ya no están.
“Esta canción desde que la conocimos nos produce mucha tristeza, reconocer que estamos perdiendo valore como seres humanos y el respeto para con las demás personas.
En nuestra cultura una vida es sagrada. Cuando hacemos nuestros rituales se pide permiso para poder sacrificar a un ave o lo que tengamos que ofrendar porque es muy valiosa, si utilizamos un recurso vivo como los recursos naturales, se tiene que hacer todo un ritual para pedir permiso. Hoy en día se ha perdido todo esto y se está volviendo tan normal escuchar que mataron a una mujer de una o de otra comunidad. Estamos perdiendo sensibilidad como seres humanos”.