Jaime GUERRERO

De 74 Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales municipales y de fraccionamientos en la capital del estado que descargan al río Atoyac y Salado, el 95 por ciento están abandonadas y las que actualmente operan no cumplen con las normas para hacerlo.

Un proyecto que ha costado al Gobierno de Oaxaca 169 millones 678 mil 291 pesos desde que inició su construcción en 2005, con el ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz, y con una puesta en operación por segunda ocasión en la administración anterior; es decir, una inversión pública tirada literalmente al drenaje

La planta fue inaugurada en 2009 por el entonces presidente de la república Felipe Calderón, con una inversión de 139 millones 717 mil 839 pesos; la empresa encargada de la obra fue la empresa IESSUS S.A. de C.V. del Corporativo ACLARA que a su vez forma parte del Grupo EMESA, con oficinas centrales en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.

Otro ejemplo es la ubicada en el Fraccionamiento La Joya, que a pesar de que no funciona de manera adecuada, los habitantes tienen que pagar 50 pesos por el saneamiento, indicó el presidente de la organización ambientalista Oaxaca Limpia, Javier Alejandro Santiago Hernández.

El agua que ingresa a la planta sale de la misma manera contaminada porque la planta esta rebasada en su capacidad, además de que no tiene un mantenimiento y diseño adecuado. “Son tecnologías obsoletas”, declaró.

El ambientalista realizó una investigación de campo en la que recorrió las 74 plantas que descargan al Atoyac y Salado, precisó que la ubicada en San Pablo Huitzo tuvo su primera colocación de piedra hace 25 años y hasta la fecha no concluye su construcción.
“A la fecha nunca le ha caído una gotita de agua negra y como esa hay muchas”, dijo.

La construcción de las PTAR -indicó- sólo han servido para desviar recursos ya que el costo presupuestado para la construcción de una, es sumamente alto. “Son millonarios los recursos. Una planta puede cotizarse entre 15 a 20 millones de pesos”, señaló.

El ambientalista señaló que el diseño de las PTAR aplicado en Oaxaca no es el adecuados ya que usan muchos espacios, producen malos olores, plagas y no cumplen con las normas.

En el caso de la PTAR ubicada en San Juan Bautista La Raya, es una estafa. Diariamente limpia 300 litros de aguas sucias del Río Atoyac por segundo, que posteriormente las vuelve a arrojar al cauce contaminado.