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Humberto Cruz

La historia de #Mexicali, la ciudad capital más joven de México, ha sido vertiginosa y en apenas un siglo pasó de ser un paraje semi- desértico y despoblado a una ciudad industrial con uno de los cruces fronterizos más activos del mundo.

El cronista de esta ciudad fronteriza, Luis Razo, sostiene que son tres los elementos sustentan el milagro en el desierto; la templanza de sus fundadores, al agua del Río Colorado y el trabajo de los migrantes que han llegado de todas partes de #México y de otras latitudes que aprovechan el agua la electricidad y el ferrocarril.

En la historia de la ciudad fronteriza cuenta también el auge de la industria cervecera que vivió una época de esplendor durante la prohibición del alcohol en la unión americana, de tal manera que sus muchos túneles sirvieron para el contrabando desde México hacia el territorio
Estadounidense.

Este es también uno de los pasos fronterizos más transitados del continente y del mundo.

En menos de un siglo Mexicali construyó un emporio algodonero, con la tecnificación de las tareas del campo y un eficiente sistema de riesgo que les permite exportar sus productos hasta Canadá.

La tierra prometida sigue transformándose, ahora Mexicali cuenta con más de 130 empresas algunas de ellas con casi 7 mil empleados como la fabricación de pantallas digitales o equipos electrónicos.

En la zona se asentó también parte de la industria aeroespacial, telecomunicaciones y equipos electrónicos de uso militar para Estados Unidos

Para algunos, este desierto es el Edén.

Su crecimiento atrae, en el aeropuerto de Mexicalí encontré a un grupo de por lo menos 40 #Oaxaqueños contratados por 4 meses para trabajar en algunas de esas empresas.

Es un grupo compacto, conformado con gente de los Valles Centrales, de Sola de Vega y de #Chalcatongo en la #Mixteca… aquí se conocieron, vienen “al jale” para hacer más prospera y fértil esta región.