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Jaime GUERRERO

Un juez corrupto del Poder Judicial de Oaxaca absolvió a tres personas sentenciadas por el delito de secuestro agravado.

El proceso de apelación que transcurrió a lo largo de seis años nunca fue notificado a las víctimas indirectas hasta que la absolución ya había sido otorgada y desde este martes, las víctimas indirectas tienen tres días para una audiencia y poder revertir la decisión del juez corrupto del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.

Patricia Cárdenas, hija del médico, docente y abogado Jesús Alfonso Cárdenas Payán, quien fue secuestrado y asesinado en noviembre de 2011, fue enterada a través de una carta colocada en el buzón de su casa. “Fue hecho con todo vicio”, cuestionó sobre este caso que exhiben corrupción e impunidad en el sistema judicial de Oaxacaz

En 2018, Olegario BB, Merari MH y María del Rosario CR fueron sentenciados a 76 años de prisión por secuestro agravado.

Patricia, la hija de la victima confió en el sistema de justicia y nunca imaginó que podrían ser absueltos. Hoy el caso está en manos del Poder Judicial de Oaxaca, a cargo de la magistrada, Berenice Ramírez Jiménez.

Sin embargo, tras un proceso de seis años y sin que ella recibiera una sola notificación, el juez Guadalupe Lucas Figueroa Robledo les otorgó la absolución.

“Nosotros a partir del 2018 pensamos que ya se quedarían en la cárcel, pero a través de una apelación echaron abajo todo. Ahorita están absueltos del caso de mi papá porque el juez ordena reponer todo el procedimiento”.

De aquella apelación Patricia y su familia jamás fueron informados bajo excusa de no tener la dirección para hacerlo.

Fue hasta el 11 de diciembre de 2024 cuando ya estaba la absolución que le informaron a través de correo postal.

Para Patricia la acción del juez Guadalupe Lucas Figueroa Robledo, resulta ser un acto violatorio a los derechos de las víctimas indirectas y permite que haya impunidad en un crimen tan grave como lo es el secuestro agravado.

Ante el riesgo de que la absolución reduzca considerablemente los años de cárcel para las tres personas, también sentenciadas por otro homicidio, a través de un escrito entregado a la presidenta Claudia Sheinbaum Patricia y su familia pidieron revisar este caso y sancionar los actos de corrupción y violaciones a derechos.

Del caso ya tiene conocimiento el Fiscal, Bernardo Rodríguez Alamilla y el Gobernador, Salomón Jara Cruz, quienes prometieron actuar y no dejar el caso en la impunidad.

Jesús Alfonso Cárdenas Payán fue secuestrado la mañana del 9 de noviembre de 2011.

Las investigaciones realizadas en su momento por la Fiscalía de Oaxaca establecieron que ese día había ido a la casa de María del Rosario a cobrarle un prestamo.

En el lugar fue sometido por Olegario y Merari, cómplices del delito.

Patricia y su padre vivían juntos. Él se encargaba de llevar a su nieto mayor a la escuela mientras ella salía a trabajar y llevaba al bebé a la guardería.

Ese día Jesús Alfonso ya no pasó por su nieto al colegio, su celular fue apagado y no tuvo mayos comunicación con nadie.

Entre las 7 y 8 de la noche de ese mismo día, Patricia, quien ya había iniciado por cuenta propia la búsqueda, recibió un mensaje del número celular de su padre en el que le informaba que estaba bien y que luego se comunicaría con ella. La forma en la que estaba escrito le hizo pensar que alguien más había manipulado su celular.

Al día siguiente acudió a interponer la denuncia por desaparición, pero no logró hacerlo porque no habían pasado 72 horas.

Ante la desaparición su madre y hermanos, quienes radicaban en otro estado del país, llegaron a Oaxaca para tratar de encontrar a Jesús Alfonso: recorrieron distintas colonias y buscaron en hospitales.

Las 72 horas se cumplieron en viernes. En la fiscalía le indicaron que no había mucho que hacer porque era fin de semana y si querían que hubiera búsqueda habría que darles dinero a los policías. La familia no cedió al acto de corrupción.

El día lunes 13 de noviembre la Fiscalía les pidió solicitar la sábana de llamadas y los movimientos realizados en su tarjeta bancaria.

Al día siguiente alrededor de las 06:40 horas uno de los secuestradores, a quien posteriormente Patricia identifica como Merari, a través de una llamada telefónica le hace saber que tenían secuestrado a su papá.

Su tono de voz no era agresivo; hablaba con amabilidad y sin groserías.
De manera detallada le indicó los lugares de la casa en donde estaba el dinero y las calles que tenía que recorrer para dejarlo.

“Me pasaron al teléfono a mi papá, su voz era muy cansada. Sólo le dije pa, él me contestó que hiciera lo que ellos me pedían. Mi papá me llamó como siempre me decía; después me volvió a hablar la persona que lo tenía y me dijo que me daba cinco minutos”.

Al salir de la casa fue saludada por un exmaestro y eso la obliga a voltear hacia atrás e identifica a dos personas, una mujer corpulenta y alta y a un hombre de mediana estatura y güero, ambos -a quien posteriormente identificó como María del Rosario y Olegario B.- iban con una sudadera gris de capucha puesta sobre la cabeza y portaban pantalón de mezclilla.

Después de dejar el dinero nuevamente los secuestradores se pusieron en contacto con ella y le indicaron que en el transcurso de la tarde liberarían a su papá. No ocurrió así. Durante la noche fue informada por la Fiscalía que habían hallado el cuerpo sin vida de un hombre que coincidían con las características de Jesús Alfonso.

Patricia identificó el cuerpo de su papá.
Tiempo después se observaron espectaculares con la leyenda Busquemos al profesor Israel, meses posteriores en las noticias se informó de la captura de Olegario BB, Merari MH y María del Rosario CR, señalados por su homicidio.

Durante las investigaciones de la fiscalía por el caso de Israel encontraron elementos que indicaban que también estaban implicados en el secuestro agravado de Jesús Alfonso, uno de éstos es que las llamadas realizadas para vender la camioneta que le robaron a Israel después de asesinarlo, eran realizadas desde el teléfono de su primera víctima.

Merari fue el primero en ser detenido y confesó el modus operandi y los crímenes. Tanto Jesús Alfonso como Israel eran conocidos de María del Rosario, formaban parte de una lista de víctimas.