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Maira Ricárdez
*Este 10 de mayo los presuntos delincuentes deambulaban en la Col. Reforma
Al fraude del lingote de oro, cambio de dólares, entre otros, que han sido denunciados por sus víctimas, cometidos en el centro de esta capital, se suma el del ganador del melate que no sabe leer; el mecanismo es enganchar a la víctima al grado de hacerle que saque su billetera para despojarla de la misma; la alerta fue hecha por una de las victimas que de manera inteligente escapo antes de que el delito fuera cometido.
Este 10 de mayo la persona caminaba por la calle de Amapolas, col. Reforma, cuando fue abordada por un adulto mayor de unos 70 años, quien le dijo que no sabía leer y que lo ayudara para saber por dónde dirigirse a la dirección del papel que llevaba, la señora accedió a leer lo que decía: “Compadre, te mando a mi peón, se ganó 10 millones del melate, dale 10 mil y te quedas el resto para que nos lo repartamos”.
Es el gancho del robo dijo la víctima, de manera inesperada se presenta luego otra mujer que ella advirtió, esta coludida, pues muy solicita ofrece ayudar y trata de convencer a la primera para que se sume, incluso más adelante el mismo anciano saca un fajo de billetes y le dice a ambas mujeres que a casda una le dará 10 mil pesos si lo ayudan.
“En la primera parte quise ayudarlo refiere quien dio esta voz de alerta, se ve humilde y mayor y uno no piensa que pueda tratarse de un delincuente refirió, pero la mujer que llego en la segunda parte saca su cartera y muestra su dinero, y me pidió a mi lo mismo dijo, que sacara mi billetera y mostrara cuanto llevaba para que el anciano no desconfiara, es ahí cuando advertí que querían robarme dijo, le dije que no le enseñaría nada y que ni dinero llevaba”, enseguida me aleje y ahí se quedaron, refiere.
Esta es la voz de alerta de una ciudadana que llama a la población en general a activar su sentido de alerta, pues la delincuencia no descansa, ni siquiera en días feriados como este 10 de mayo, aunque pudiera sonar egoísta, estos tiempos ya no están finalizó, para detenerse al llamado de desconocidos.