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Maira Ricárdez

Rosa Jazmín de apenas 7 años de edad permanece hospitalizada desde la noche del 24 de diciembre en el Hospital Civil, ella es una víctima más de personas que irresponsablemente piensan que una forma de celebrar es realizar disparos de arma de fuego al aire.

De acuerdo a los datos la niña se encontraba al interior de su humilde domicilio la noche buena, cuando repentinamente dio un grito y su rostro se llenó de sangre, sus padres pensaron que estaba muerta y de inmediato se dio la solicitud de auxilio.

La bala le toco en el arco cigomático, en la región del maxilar, por la forma en que le tocó el proyectil no hay afectación cerebral, la diferencia entre la vida y la muerte la hicieron unos milímetros de distancia. La pequeña fue reportada estable por el Subdirector Médico del Hospital Civil, Marco Adulfo Barroso Rojas.

En espera de la valoración del especialista maxilofacial, la pequeña se recupera en el nosocomio.

En este contexto el médico lamentó que pese a las trágicas experiencias de muerte las personas sigan haciendo disparos al aire como si se tratara de algo simple; año con año se han registrado casos y aunque este 2019 este ha sido el único ingreso, sigue siendo preocupante que haya ingresos bajo estas circunstancias.

Cabe recordar que apenas el año pasado, en el 2018, previo a la llegada del año nuevo, el 31 de diciembre, Vivian de siete años de edad dejó de existir tras cuatro días después de recibir una bala perdida del lado izquierdo de la cabeza, esto en Santa María Petapa, en la región del Istmo de Tehuantepec.

La niña fue herida cuando jugaba en el patio de su casa durante la noche vieja, de manera repentina cayó al suelo, fue hospitalizada en la clínica 37 del IMSS en el municipio de Matías Romero. Más tarde, la Secretaría de Salud de Oaxaca la trasladó en ambulancia área al Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, en la Ciudad de México, donde la reportaron grave por traumatismo craneoencefálico, hasta que finalmente murió.