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Maira Ricárdez
*La firma habría llegado hace al menos 4 años a la localidad para convertir a las artesanas en trabajadoras de Pipa Holt.
La apropiación de la identidad cultural de los pueblos de Oaxaca es una problemática grave que prevalece a través del robo o explotación artesanal; en fechas recientes trascendió una nueva forma de plagio, ahora en San Juan Colorado y localidades vecinas, en Pinotepa de Don Luis, en la Costa del Estado, hasta donde hace al menos 4 años, llegó la firma de una diseñadora australiana de nombre Pippa Holt, que bajo supuestos acuerdos comerciales, convenció a nutridos grupos de artesanas de la localidad de trabajar su producción entera para la firma, imponiendo esta última, diseños, colores y estilos, y por supuesto bajos costos, para una vez entregada la producción de textiles hilados y bordados a mano, la firma Pippa Holt afinara detalles, colocara su etiqueta, y lanzará bajo el nombre de “kaftans” una exclusiva campaña en el mundo de la moda internacional.
Los encargos y la compra a las artesanas, fue masiva, la reventa es a través de las plataformas digitales de Pippa Holt, de alcance mundial, las piezas están cotizadas en dólares que convertidos a pesos mexicanos van de los 20 mil pesos en adelante., las visitas de la firma comenzaron desde el 2019 a la localidad Costeña, logrando ante la falta de oportunidades y por tanto de mercado para las oriundas Oaxaqueñas, ventajosos acuerdos para la realización de huipiles, bolsos, cinturones, logrando la firma extranjera un gran auge en ventas, siendo la cantante internacional Katy Perry, promotora de la marca.
Fue en este 2020 cuando la denuncia del presunto plagio se hizo viral y la misma dueña de la firma, Pipa Holt, uso sus espacios para a través de los nexos comerciales con las artesanas, convencerlas para grabar un video donde ellas declaraban que vendieron sus prendas a la Diseñadora e incluso que estaban agradecidas por la fuente de empleo generada para decenas de familias de la localidad, pues la misma Pipa quien enunció en una de sus publicaciones que el grupo de mujeres que trabajaban para su firma era de 400 artesanas; sin embargo los videos nunca mencionaron el precio que ella paga por estos huipiles elaborados manualmente durante meses cada uno, respecto al alto costo de la reventa de los mismos, en dólares.