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Jaime GUERRERO

El amague de la bancada del Partido Movimiento de Regeneración Nacional de la LXIV Legislatura, de reformar ley orgánica y Reglamento del Congreso del Estado para que al mismo tiempo, el grupo parlamentario mayoritario en próxima legislatura (Morena), presida Mesa Directiva y Junta de Coordinación Política, frente a airado rechazo del líder de diputados del PRI, Alejandro Avilés Álvarez, fue la “mecha” que prendió el “efímero fuego” de la saliente bancada morenista, para que se entrampará la última sesión ordinaria del Poder Legislativo.

“Aquí no pasa nada sin mi consentimiento”, sería la advertencia del pastor del PRI que encolerizó e indignó a más de uno y una diputada de Morena.

En respuesta, la “morenista”, Laura Estrada Mauro, literalmente ofreció enlistar en el orden del día dictámenes de cuentas públicas del Gobernador, Alejandro Murat Hinojosa, en sentido negativo.

Esos dictámenes, en dos años no los ha podido sacar adelante ante el pleno porque jamás logró consensos al interior de su bancada.

El primer choque que entrampó la sesión fue cerca de las 14:00 horas. Todo se truncó, aún cuando la pretendida reforma a la ley orgánica y reglamento del Congreso, no lograba 28 votos requeridos para ser aprobada.

Empero, el agravio político-legislativo de Avilés Álvarez, ya estaba hecho.

Primero, “AAA” como le llaman también en la clase política, azuzó al presidente de la Mesa Directiva, Arsenio Mejía García, para intentar reventar la sesión.

Empero, la impericia del ex priísta y ahora edil electo por Morena en Santiago Juxtlahuaca, se sumó al caos. Solo cantó la suspensión por falta de acuerdo de los “morenistas”.

En sus manos estaba el recesar, luego reanudar mientras privaba la discusión y no existía quorum, debido a que congresistas de morena estaban distraídos e indignados. “Pudo suspender la sesión, legalmente”.

Eso, analizaron diputados de Morena. Para las 16:00 horas la sesión estaba entrampada.

Y es que al medio día, la tarde y noche de la que sería la ultima sesión ordinaria de la LXIV Legislatura, se convirtió en una serie de afrentas de Avilés Álvarez y amagues de Morena, para imponerse:

Aviles, para asegurar un lugar del PRI en la Presidencia de la Mesa Directiva y ya con el amague de las cuentas públicas, salir avante ante su jefe político Murat Hinojosa para afianzarse en la próxima coordinación.

Los y las diputadas de Morena, para sacar adelante su “dignidad” legislativa que les queda en la saliente legislatura.

El coordinador de los diputados de Morena, Fredie Delfín Avendaño, se vio orillado y no tuvo más remedio que sumarse a la “indignación”, empero él ya había trazado su ruta. Jugó su juego. Saldría librado.

De su lado, Avilés Álvarez, hacia lo suyo. Lo que le gusta: dividir, pactar a cambio “de”.

Su objetivo, mantenerse como coordinador de bancada para la LXV legislatura. Las cuentas públicas era una aduana más para que su jefe político lo avale, pese a que lo habría terciado con el gran elector.

Vino el amague de Morena: aprobar el dictamen de reforma a la ley orgánica y reglamento del congreso del estado para que el grupo mayoritario en la próxima legislatura se hiciera de la Mesa y Presidencia de la Jucopo.

Las llamadas entre uno, otro diputado, diputada, Avilés Álvarez y Delfin Avendaño, no cesaron.

El pastor del PRI, ya tenia “amarrados” a diputados del PT, PAN, “Independientes”, PVEM y una facción de Morena, para hacer vacío. Esas eran sus cartas para frenar la mayoría calificada en la reforma a la ley orgánica y reglamento del congreso.

Las cuentas públicas de Murat Hinojosa, no lo requerían.

Cerca de las 21:30 horas, reanudada la sesión, sin Mejía García, la presión de la Vicepresidenta de la Mesa Directiva, Arcelia López y la designación del neomorenista, César Morales Niño, como secretario, aumentó la expectación.

Los mensajes políticos-legislativos, ya se habían enviado:

Sin las y los diputados del PRI, PAN, PVEM, PT e “Independientes”, Morena tomó protesta a Nicolás Miranda como diputado de Morena, suplente de Ángel Domínguez, quien asumió una curul como diputado federal, y a los nuevos integrantes de la Comisión de Arbitraje Médico de Oaxaca (Ceamo).

Al mismo tiempo, podrían aprobar en sentido negativo, con mayoría simple, cuentas públicas de Murat Hinojosa.

Al reconocer que no alcanzaba mayoría calificada que requería para sacar adelante reformas a ley orgánica y reglamento del Congreso del Estado, para hacerse de Mesa Directiva y Jucopo para la LXV Legislatura, los y las 23 diputadas de Morena pausaron.

Por un lado, la eternamente dividida bancada de Morena, titubeó; por otro, Delfín Avendaño jugó su juego.

Lo mismo, otros congresistas de Morena, como Mauro Cruz Sánchez y Juana Aguilar; quienes presentaron oficio para retirar sus firmas del dictamen de reforma que daría poder absoluto a Morena en la Mesa y Jucopo, para la LXV Legislatura.

Otros, no vieron con buenos ojos, el avasallar con cuentas públicas de Murat Hinojosa, entre ellos, Ericel Gómez Nucamendi, al no ser un acuerdo unánime.

El empresario editorial y caballero de la política, fue conciliador.

Aún habilitado como secretario de la Mesa Directiva a César Morales Niño, a las 22:00 horas, la vice presidenta, López Hernández, decretó el receso de la sesión.

Convocó al pleno a las 11:00 horas de éste jueves 30 de septiembre para el desenlace de un episodio más del Poder Legislativo de Oaxaca, en la antesala de la sucesión gubernamental en Oaxaca.