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Maira Ricárdez

En pleno inicio de la denominada cuarentena, cuando padres, pero particularmente madres de familia, pues son quienes mayoritariamente realizan las labores del hogar, manifiestan en charlas a distancia, lo difícil que es atender a sus menores más de 12 horas continuas, hacer los quehaceres de la casa, preparar comidas e incluso realizar el denominado home office, o trabajo de oficina en casa; la especialista en Educación, Blanca Patricia Santos Carrasco, emite consejos básicos para hacer más ligera la faena, pero sobre todo productiva, pues incluso pueden sembrarse buenos hábitos para la vida, en este periodo de cuarentena.

Hay teoría de especialistas que establecen que a partir de los 21 días consecutivos de realizarlo, una acción se vuelve un hábito; será muy importante definir horarios y de ahí hacer un breve cronograma de acciones desde la hora de levantarse y la de acostarse; alejar lo más posible a los menores del uso de tabletas, celulares y computadoras.

Hay que tener mucha claridad con las y los niños en las solicitudes que les hacemos, si les vamos a enseñar a tender su cama, tenemos que explicarles como hacerlo, a poner la mesa, a detallar que artículos necesitamos y como colocarlos, lo mismo si es barrer, lo mismo si es sacudir y lo mismo si es realizar la tarea, el de aprendizaje tiene que ser necesariamente un proceso de acompañamiento.

Sobre la realización de tareas, que la gran parte de la población recibió vía whats app para acompañar la consecución educativa de los niños durante este periodo necesario en casa, la Maestra Santos Carrasco consideró que para no hacerlo tan pesado puede distribuirse durante tres tiempos: por la mañana, al medio día y por la tarde, de 1 hora y media a 2 horas diarias en promedio total.

Por ultimo sugirió que el rol cotidiano, con horarios, inicie, una vez arriba, lo primero es asearse, lavarse bien dientes y manos, luego el desayuno, después el aseo de la habitación con tendido de la cama incluido, e iniciar con el rol de tareas escolares, bañarse –de acuerdo al rol de horario definido en casa-, espacio para esparcimiento también en horarios distribuidos y una actividad en familia, una lectura, cocinar o bien ver una película, todo cabe en un esquema de horario para que el niño avance en una formación ordenada y productiva.