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Maira Ricárdez
Son los cazadores furtivos, el riesgo más grave, que aún en tiempo de pandemia son un reto a enfrentar para los Comisariados Ejidales organizados para la protección de sus bosques y los recursos que de estos emanan; incluso miembros de clubs de caza han sido advertidos entrometiéndose en las tierras de San Pablo Etla; las evidencias están videograbadas a través del sistema de monitoreo que los ejidatarios tienen en coordinación con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), dijo la Tesorera del Comisariado de la Agencia Sta. Cruz, perteneciente a San Pablo Etla, Andrea Juárez Vásquez.
Otro de los riesgos para las especies que ahí se están recuperando y por ende reproduciéndose, son los perros ferales, manadas de perros que alguna vez fueron domésticos y que fueron abandonados en zonas alejadas en este perímetro, o incluso los que llevan personas que van de paseo y los pierden en este perímetro de conservación, así como los perros de los propios cazadores, que son llevados justamente para el avistamiento de víctimas, de ahí que la intromisión de perro en la localidad esté ya muy observada.
Y es que hay mucho por cuidar ahora; las evidencias son cada vez más gratas refiere Andrea, a través del trabajo de conservación y vigilancia han reforzado las medidas para cortar el paso a la cacería furtiva pues cada vez van recuperando más especies que consideraban ya perdidas: cabeza de viejo, tepexcuintle, jabalí de collar y dentro de los más destacado, pumas y venado cola blanca.
Esta Agencia, Santa Cruz Etla, tiene actividades ecoturísticas pero por el momento de contingencia, siguen suspendidas hasta nuevo aviso; igual que para el resto es un momento difícil porque las actividades que mueven su economía están suspendidas, pero de cierta manera esta pausa ha servido reconoció, para el regreso y estabilidad de estas especies en recuperación, pues los videos captados por el foto trampeo han arrojado las evidencias, y de lo más destacado es la proliferación de los venados cola blanca, que son avistados en promedio de 1 a 2, cada tercer día.