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Jaime GUERRERO
La acción radical y violenta ya estaba acordada. El objetivo del del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEP), era llamar la atención del Presidente, Andrés Manuel López Obrador y obtener respuesta a sus demandas de carácter económicos, justicia y obras de infraestructura.
Para ello, desde temprana hora, los inconformes bloquearon la carretera federal Oaxaca-Puerto Escondido, en camino principal de acceso al aeropuerto internacional de Oaxaca, para interceptar al presidente Andrés Manuel López Obrador y sostener un encuentro con él.
A esas acciones se sumaron los ex trabajadores despedidos del Seguro Popular, éstos pasaron desapercibidos.
Los inconformes del CODEP, desde pasado jueves secuestraron camiones del servicio de transporte para bloquear con machetes y palos en manos, cinco cruceros de la capital para agredir, violentar derechos de miles de capitalinos y de paso ignorar la contingencia sanitaria nacional por el COVID19, éste viernes, nuevamente secuestraron violentamente, autobuses del transporte público y privado para apostarlas en uno de los accesos a la terminal aérea.
La llegada de López Obrador, se vislumbraba ríspida. No obstante, al lugar de la protesta, arribó el gobernador, Alejandro Murat Hinojosa. Recibió gritos, reclamos, arengas, otros pedían su renuncia. No se inmutó. Dialogó con los dirigentes, pactó con éstos que ingresará una comisión a la sala de espera del aeropuerto para recibir al mandatario federal. Los inconformes tomaron su lugar en el área de arribó de pasajeros.
Murat Hinojosa, recibió a López Obrador, le estrecho la mano, le entregó el bastón de mando, como acostumbran en las pueblos y comunidades indígenas para reconocer a la máxima autoridad.
Es la sala de espera fueron recibidos López Obrador y Murat Hinojosa, por un grupo de mujeres del CODEP. Una mujer le expreso un mensaje en su lengua materna y otra más le tradujo que el mensaje era un reclamó de justicia y atención a sus demandas.
El cruce de palabras fue breve. López Obrador, ofreció charlar con los inconformes y junto con Murat Hinojosa, salieron del complejo entre vivas y arengas: Los mandatarias subieron a una camioneta. Afuera del complejo, una valla humana arengaba a López Obrador. “Es un honor estar con Obrador. Presidente, Presidente”. López Obrador, no bajó del vehículo, estrecho manos, poco importó la sana distancia por el COVID19.
Así, sin mayores incidentes, se enfiló a la región de la Mixteca, a pre-inaugurar el Hospital Rural IMSS Bienestar, en el municipio de Tlaxiaco, antes hizo una parada en San Pablo y San Pedro Teposcolula.
Este sábado visitará el municipio de San Pablo Guelatao, para conmemorar el natalicio del Benemérito de las Américas, Benito Juárez García y el domingo, supervisar el avance de las autopistas a la Costa e Istmo de Tehuantepec.