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Maira Ricárdez
Es la voz de la Directora del Centro de Justicia para las Mujeres (CEJUM) del Estado de Oaxaca Jhazibe Valencia, quien como titular de una instancia encargada de la protección a mujeres víctimas de violencia, manifiesta su inconformidad por la sola posibilidad de que los espacios para protección de mujeres violentadas pudieran cerrarse en el país.
Parece ser que el Presidente del país, recapacitó en la idea del cierre de albergues y que el recurso para la operatividad de los mismos se mantendría, dijo, y es una gran posibilidad porque por lo que significan para una mujer atacada física e intelectualmente, no pueden desaparecer, consideró, en lugar de cerrarse debieran multiplicarse con la debida observación y seguimiento de protocolos necesarios, en todo el país, opino.
Los albergues insistió, quien ha estado al frente del CEJUM de Oaxaca durante al menos los últimos 8 años, significan para una mujer violentada, la diferencia entre la vida y la muerte, y con ello la diferencia también para sus menores hijos, que en estos casos de agresión se convierten también en victimas principales; al llegar a un albergue una mujer recibe contención emocional y apoyo psicológico inmediato, pues está en crisis total, la extinción de espacios como estos representa el riesgo de muerte no solo para esas mujeres, sino también para sus menores hijos.
De los hechos más graves destacó la funcionaria, es que actualmente en el Estado de Oaxaca no exista un albergue de larga estancia, los cuales tienen como protocolo de protección a una mujer y sus menores hasta por tres meses dependiendo del caso, si bien hay varios espacios que brindan protección a mujeres habilitados como albergue, están sin registro, y son resultado del trabajo de asociaciones civiles, en esta ciudad, no existe ninguno remarcó, el que depende de la fiscalía del Estado es el único en Oaxaca de Juárez, pero es solo temporal, con capacidad para albergar a víctimas hasta por 72 horas solamente, no es un lugar amplio de gran capacidad, de ahí la relevancia de que autoridades, federales y estatales de todos los niveles atiendan la emergencia que significa la existencia de estos espacios ante las crecientes cifras de feminicidios.