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Maira Ricárdez
El cambio climático que ha desfasado el tiempo de lluvias, y hasta la pandemia del covid, fueron preocupación para Putla Villa de Guerrero respecto a la producción anual de chicatanas.
Año con año las lluvias de mayo son esperadas para que la población de todas las edades, chicos y grandes, se vuelquen a la colecta de este insecto que bien guisado, los conocedores catalogan como un manjar.
La fama de Putla y sus localidades cercanas como productoras de chicatanas es ratificada por el Presidente Municipal de Putla de Guerrero, Manuel Guzmán, quien se reconoce seguidor de la especie, y relata que este lunes Putla y sus pueblos están desmañadados, pues en las últimas horas se dio la ansiada 1ª. salida masiva del preciado insecto. 95
Putla, localidad de la Sierra Sur, colindante con Guerrero, se caracteriza por su espesa vegetación, la cima de los cerros y montañas es casi cubierta por nubes de un azul intenso, y una fina neblina la mayor parte del año; esto, aunado a su altitud de alrededor de 2 800 metros sobre el nivel del mar, conforman un ecosistema de alta riqueza, conviven en sus bosques y montañas un gran número de especies de flora y fauna. Aun en medio de la mancha urbana, entre el verde encendido, perdidos entre los pastizales y laderas surgen montículos de tierra advertidos como manchones cafés. A su alrededor breves insectos rojizos marrón inician su deambular, son colonias de hormigas arrieras ó chicatanas.
Este lunes se cotizaron en el mercado de Putla entre 200 y 250 pesos el litro, el kilo en años anteriores ha llegado hasta los mil pesos, de acuerdo a las versiones de quienes pagan lo necesario por degustar la peculiar y afamada, salsa de chicatana.
En México las chicatanas ya eran conocidas e incluso comidas a partir de 1540, como da cuenta el libro Sahagún “Historia de las cosas de la Nueva España” escrito por Fray Bernardino. El nombre chicatana proviene de tzicatl, palabra náhuatl compuesta por «tzintli», que quiere decir trasero, y «azcatl», hormiga; hormiga de trasero grande.
Las hormigas pertenecientes al género Atta se caracterizan por cortar hojas de árboles para alimentarse, habitan en diversas partes del país y son conocidas con nombres distintos: chícalas en Hidalgo, chicatanas en Oaxaca, Puebla y Veracruz, o nucús en Chiapas. Se alimentan de un hongo que la reina de la colonia cultiva en trozos de hojas cortadas. La época de reproducción de esta especie coincide con el inicio de la temporada de lluvias, razón por la cual las hormigas aladas —hembras fértiles— y los zánganos salen a la superficie del nido para iniciar el apareamiento.
Su consumo no se da solamente en México, también son capturadas en Centroamérica y Colombia, ahí se les conoce como hormiga santandereana, o sanjuanera por la celebración del 24 de junio, día de San Juan, que la tradición marca, coincide con el inicio de las lluvias y el apareamiento de este género de insectos.
Para preparar las chicatanas dicen las cocineras conocedoras, primero hay que ahogarlas, luego se limpian. Les quitan las alas y la cabeza. Después hay que tostarlas un poco y ahora si a cocinar. Si está lloviendo no salen, habrá que esperar a que el temporal pase y temprano a buscarlas, pues se meten antes de que amanezca, los gustosos duermen estos días, a la espera de la madrugada para la colecta.